Un cristiano mas

Testimonios

En este apartado os invito a escribir nuevos testimonios de Cristianos.
                                         
                                             
                                TESTIMONIO DE UNA JÓVEN LAICA

Hola, mi nombre es Adriana y tengo 21 años. Estudio magisterio musical, me gusta compartir mi tiempo con mis amigas y salir de fiesta con ellas. Tengo pareja y hago lo que un joven hace en estas edades y además, en contra de lo que mayoritariamente se crea, soy creyente. 

He creído desde pequeña, seguramente por la convicción que mi madre tenía en la fe. Ella no es una creyente practicante, no va a misa pero creo que me da mil vueltas a la hora de ver a Jesús y su bondad en las cosas. De hecho algo que uno siempre a mi madre es ir de viaje y decir: “Que cielo más bonito. Cómo no voy a creer si una cosa tan bonita solo la puede hacer Dios.” Eso sí, mi fe ha ido unida a los actos sacramentales.
Llegó el año 2005, empezaba la catequesis de confirmación, y volvimos a la parroquia. Fue entonces cuando descubrí el grupo de jóvenes, se volcaron en nosotros durante esos dos años y nos demostraron que eran creyentes y jóvenes, que para nada lo uno está reñido con lo otro y que ese modo de vida les hacia felices.
Me confirmé, un día muy especial para mí, estaba mi gente y encima confirmaba aquello en lo que llevaba creyendo muchos años por mí misma. Entonces nos ofrecieron continuar en el grupo y después de pensarlo me uní a ello. Este es mi cuarto año en el grupo y puedo decir que he ganado muchos amigos, que he vivido momentos increíbles y que sin saberlo mi fe ha crecido, se ha enriquecido y me ha formado tal y como soy.
Puede que mucha gente no lo entienda, seguramente porque no lo han vivido, pero mi fe me ha permitido conocer cosas que de otra manera nunca hubiese tenido en mi vida, me ayuda a ser feliz y también a saber hacer más felices a los de mí alrededor.

Vivo mi fe en reuniones semanales, tengo mi grupo y junto a él descubro un camino en el que formarme y crecer espiritual y personalmente, en convivencias (tanto con mi parroquia como con gente de otras parroquias), llevando un grupo de niños de postcomunión (a los que no solo enseño si no que aprendo mucho de ellos, seguramente más de lo que ellos aprenden de mi) y conociendo cada día más gente que entiende mi forma de vivir y quiere compartirla conmigo.

Este año he formado parte, por primera vez, de una Jornada Mundial de la Juventud y puedo decir que somos muchos los que entendemos de esta manera la vida y que disfrutamos con ella. Creemos en Dios y en el poder que tienen las personas para cambiar el mundo. Lo mejor de la fe no es vivirla sino poder compartirla.

Por eso doy gracias a Juanjo, por permitirme con estas líneas expresar mis experiencias.


          TESTIMONIO DE UNA PERSONA LAICA

Me llamo Marian. Soy una voluntaria de la pastoral penitenciaria en La Rioja y de Proyecto Hombre La Rioja.
Soy una cristiana, consciente de que los cristianos estamos llamados a ser testigos de nuestra fe. Es por esto por lo que he aceptado escribir estas palabras para contaros mi experiencia en la cárcel y que sea para vosotros mi testimonio.
¿Cómo empecé? Un día leyendo la Palabra de Dios, unas frases resonaron en mi corazón y en mi mente. Eran frases conocidas del evangelio de Mateo: “Estaba preso y vinisteis a verme. Venid benditos de mi Padre al Reino preparado...”.
Impulsada por estas palabras de Jesús busqué y descubrí que la pastoral penitenciaria visitaba a los presos. Me pareció atractiva porque “pone gran énfasis en dar dignidad a la persona privada de libertad”, que es lo que hacía Jesús a favor de todos siempre.
¿Qué hago concretamente ahora en la pastoral penitenciaria? Desde hace siete años participo en múltiples actividades: los martes tengo taller de manualidades con mujeres. Los miércoles tenemos taller de canto y guitarra con hombres. Algún domingo participo en la eucaristía dentro del Centro Penitenciario.
Acompaño al Hospital a los enfermos; también llevo a la estación a los que salen de permiso y acompaño a los que no tienen familia y son acogidos en un piso propiedad de unos religiosos.
En días señalados he acudido con el Orfeón Logroñés a brindarles un rato de música y de canto que ellos valoran y agradecen. En fechas especiales como Navidad, Reyes, Semana Santa o fiesta de La Merced también acudo a celebrarlo con ellos y “darles un poco de alegría” . Todas estas cosas pequeñas y sencillas son para los internos de gran valor. ¿Y a mí qué me aportan estas actividades?
Deciros que yo creo que es bueno soñar... y con este trabajo yo tengo sueños. Sueño en esta iglesia que prioriza el concepto de sentirnos hermanos de los hombres y mujeres privados de libertad. Sueño que cada vez seamos más los equipos de voluntarios que trabajamos no solo en las religiosas sino también en las sociales, jurídicas y que apostamos por brindar humanidad a estos hermanos. Sueño en que cada vez seamos más libres y liberadores, no solo con nuestras palabras sino también con nuestra actitud y comprensión hecha realidad.
Y puedo decirlos sinceramente que es en este voluntariado vivido como misión donde yo experimento la acción del Espíritu. Espíritu de Jesús que nos alienta a ayudar, a perdonar, a fijarnos en lo bueno de cada ser humano, a comprometernos en los problemas ájenos que nos hacen sentir las injusticias y el sufrimiento de las personas como algo nuestro. Reconozco que el Espíritu de Jesús no es propiedad privada, no es para nosotros, es para extenderlo allá donde estemos, es la etapa de la gratuidad, de la solidaridad, del afecto y de la ternura, de la entrega callada y generosa y es lo que recibimos de Él.
Y para terminar; quiero decir que yo encuentro fuerza y apoyo en la comunidad cristiana y en mi comunidad de Sierva Seglar de Jesucristo Sacerdote. Y me hago eco de las palabras de mi directora que dice:
“Cuando tienes conciencia de que a través de tu trabajo estás realizando tu misión, desenvuelves una fuerza extra capaz de elevarte a la cima de la montaña”.
Efectivamente, en esta vocación encuentro diaria razón para subir a la cima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario