Un cristiano mas

viernes, 6 de enero de 2012

Epifania del señor

El camello se pinchó
con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
le dio vino.
Baltasar fue a repostar
más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
consultaba su "Longinos".
–¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
–Son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido–.
El camello cojeando,
más medio muerto que vivo,
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
—Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
—ya cantaban pajarillos–
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
—No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero –repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
cabizbajos y afligidos.
Mientras, el camello echado
le hace cosquillas al Niño.

Gloria Fuertes