Un cristiano mas

domingo, 28 de octubre de 2012

LA ÚLTIMA ESTACIÓN



Se sentó en la banqueta de la estación
dispuesto como cualquier tarde
cruzó los dedos y cerró los ojos.
no se movió nunca más....

pronto llegaron hombres de blanco
y  tejieron  hipótesis.
ante miradas atónitas,
se abrió una bolsa negra
intentaron echarlo dentro,
moverlo siquiera
pero fue imposible,
pesaba como mil kilos

llegaron cientos de hombres
instante a instante
pero fue imposible moverlo un milímetro
máquinas,
y enormes cadenas sobre él
pero el cuerpo siguió allí,
intacto, eternizado
pesando como mil toneladas

alguna vez se sospechó
del cuaderno entre sus manos
e intentaron tomarlo, arrancarlo
pero, era parte de su carne.
no pudieron
Y el mundo tubo que resignarse,
entre compasión  o idolatría

pero un día lo olvidaron, quizá por siempre
el universo marchó algunos años
y no se volvió a hablar de él,
empolvado, intacto
el hombre de la banqueta,
se fue de la memoria, como todo...

un otoño incierto,
el hombre abrió los ojos
y relajó las manos
guardó el cuaderno como pudo
y lo echó al bolsillo
se puso de pie para tomar el bus a casa.
las masas se hicieron cerca,
entre delirio y miedo
quisieron tocarlo, pero él,
imperturbablemente sereno
aceleró el paso y se fue.....

(Poema extraído del libro: "La última estación" editorial Zignos - Perú - 2008)